El café solo con un poco de sacarina y pequeño, la
manzanilla después de comer en los días que te empachabas a marisco y demás,
las maldades que hacíamos juntos, las veces que discutíamos y me tirabas del
pelo, las salidas a las compras y cuando me llevabas a tomar el zumo, cuando me
llevabas al colegio y a veces venías en el recreo, la vez que discutiste con el
director porque estábamos a la lluvia, cuando me venías a recoger a la
salida,... Y hace dos años... Me esperabas cuando salía de trabajar para charlar,
me ayudabas en cualquier cosa y ya debatíamos sobre temas, recordábamos cuando
era pequeña y lo que las cosas habían cambiado...
Abuelo, recuerdo cuando me
hablaste de tu enfermedad y sabía que algún día iba a ser porque tenía que ser,
pero... No me lo esperaba ya. Me has dejado tantos recuerdos... Que ahora son tan sólo
eso. Me has dado tantos consejos... Que no dudes que seguiré.
No sabes lo que duele que ya no estés aquí y que muchas
cosas no se puedan repetir. Pero nunca te voy a olvidar, jamás. Que tu corazón
haya muerto no significa que haya dejado de latir aquí, y late con más fuerza
que nunca. Tu ausencia no significa que ya no estés, porque presente aquí
estarás siempre.
Que descanses
en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario