lunes, 1 de abril de 2013

Nunca es tarde o tal vez sí.

Petaron a la puerta y no abrí. El alcohol de anoche fue suficiente como para pensar que todavía seguía soñando. Se me dio por mirar el teléfono a eso de las 07:00am y vi sus llamadas, escuché sus mensajes en el buzón de voz. Era él. Él había petado a mi puerta. ¿Y ahora qué hago? ¿Será demasiado tarde? ¿O demasiado pronto, quizá? Todavía me duele la cabeza, todo me da vueltas y no puedo pensar. 
Él había desaparecido de mi vida, después de un año. Un largo año sin vernos. Mi ciber-amor... El que pensaba que era el amor de mi vida. Y las cosas han cambiado mucho desde aquella... Ya no creo en el amor. Así que... ¿Para qué voy a llamarle? Tal vez para él sea una oportunidad lo que para mí ya se convirtió en un imposible. Yo ya no espero nada, ni quiero. Me gusta vivir así, a mi manera. Y nadie lo entendería. Nadie a quién no hayan fallado, nadie a quién no le hayan roto el corazón. Todos los demás, sí entenderéis la historia. Nunca es demasiado tarde para el amor, eso dicen. Pero yo escojo vivir, vivir libremente como un pájaro que alza sus alas por primera vez y hecha a volar, ¿conocéis la sensación? Pues os la recomiendo. 

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