Definitivamente, me perdí.

Me perdí en aquella noche loca, encontrándome con tu boca.

El sinsentido de las expectativas.

Se acabó lo de sentirse mal por aquello que suceda al sentido contrario de lo esperado. Pues también se acabaron los ensayos previos a las demostraciones afectivas, así como también aquí se agotaron ya las ganas de sentir. 
Me despido ya del sinsentido de las expectativas.

Cuando no hay realidad...

... tiempo en sí no significa nada. Por eso me iré a un lugar donde se ven una odisea de sueños y lo mejor de las fantasías. Todo esto, tan sólo para mis ojos. Cuando hay un sinnúmero de cosas qué ver y un sinfín de posibilidades, ¿por qué me voy a quedar aquí? Sólo de pensarlo es tan dominante...

Se acabó.

Hoy, me siento tan destruída. Tan sumamente hundida, que no sé cómo me levantaré.

Siempre, pero siempre me acordaré de ti aunque ya haya desaparecido de tu vida.

El dolor, este dolor es tan grande que no logro describirlo con estas mejillas pálidas, llenas de lágrimas.

Irremediablemente, te voy a querer siempre. Pues siempre has sido lo más valioso que he tenido. Pero eso, eso tú ya no lo sabrás. Ya estás demasiado lejos como para poder escucharme. Y ya no me escucharás nunca jamás. Aunque, la vida se me hará muy dura, ahora que tú ya no estás... Yo ya no sé cómo me puedo autodestruír más...

¿Sabes qué?

¡Qué le den a los problemas! Al menos por esta noche, le pondré fin a las ralladuras que me comen la cabeza, me corroen el corazón y me desgarran el alma. ¡Se acabó, no quiero sentir nada que no sea alcohol en mis venas y música en mi cabeza! A parte, de disfrutar de unas buenas y profundas caladas a los cigarrillos que, a partir de esta noche, conformarán mi alma.
¿Qué cojones? Si es que tengo todo en cuanto necesito: Aire en mis pulmones; que me hacen sentir que estoy viva y de vez en cuando me dan "un toque" que me dice: "Eh, vale ya de afligirse que tú vales más". Así que, ¿sabes qué? Estos pulmones hoy quieren respirar discoteca, sudor, risas y  fiesta. Y hoy, ya está decidido: Se acabó la cara cruda y triste de la realidad. ¡Vamos, a vivir como nos merecemos! 

Volver a levantarse.

Tal vez has intentado de muchas maneras no caer en la mentira, en la depresión, en el desánimo, y en muchas cosas más... Pero, dolorosamente cuando más intentas salir adelante de aquello que te imposibilita soñar, crecer y ser mejor en la vida te deslizas a tal punto que ya no sabes si volverlo a intentar... En este momento te digo: Vuelve a levantarte. No importa cuántas veces lo hayas intentado, no importa aún aquello que las personas hicieron contra ti al volverse un tropiezo en tu vida y hasta tirarte al suelo con desprecio, abuso, insultos y toda clase de mal que te hicieron. Es tiempo de que te vuelvas a levantar, luchar y creer por encima de todo en ti y tus posibilidades. Tú no has nacido para quedarte tirado en el suelo. Tú no has nacido para sentirte derrotado el resto de tu vida. ¿Sabes? Muchos están esperando a que otros los levanten, pero no se trata de que otro pueda ayudarte a levantarte sino más bien de que tú quieras levantarte de donde estás, nuevamente. Y no importa las veces que has caído, lo que realmente interesa es las veces que te levantaste para no volver a caer en lo mismo. Y es lo que volverás y volverás a hacer una, una y otra vez. Sabes perfectamente qué es lo que toca.

Y aquí estoy yo, con mi conciencia sangrando.

Promesas, todas hechas sobre piedra. 

Noches estrelladas y luces de ciudad,

cayendo sobre mí. 

Perdona mis negaciones, 

mis cambios de idea, 

vivir aislada ...

Es mi mente; cara o cruz. 

Y sinceramente, me sentaría y dejaría mis tripas al aire.

Y es que yo o pierdo la cabeza

o la reviento contra la pared.

No me importa si esto continúa porque ahora parece que estoy acabada;

mi estabilidad mental llega a su amargo final.

Aquí está la verdad; 

la esperanza y las excusas para aferrarse a un nuevo día

se han agotado.

Ya está, se ha acabado;

persignarse y hasta morir...

J.

Hola, ¿dónde te encuentras? ¿cómo te va? ¿qué tal, pero qué tal estás? 
Tengo tantas preguntas para ti, tantas como días han pasado desde que esta cicatriz en mí ha quedado. 
¿Sabes? Esta cicatriz parece no sanar nunca, suele sangrar cuando tu recuerdo viene a mí. Creo que todavía sin quererlo, me sigues haciendo daño.
Sí, definitivamente... Todavía dueles.

¿Estás marcando la línea como una bomba de tiempo?

Sensación de bombeo dentro, en mis venas. Estás jugando con fuego... El amor, este amor se estaba ejecutando desde el principio. Y tú pensaste "El amor, este amor... Vamos a romper su corazón" Definitivamente, tengo que poner mis pies en el suelo. Cambio de carril. Ahora yo soy la persecución y tú mi FBI. Vamos, ¿no quieres dar un paseo en mi lugar? Sólo recuerda cada palabra que dijiste y... Bang, bang; sí, cariño... Estás muerto. Y ahora, sí, me tengo que ir. Ya me voy, he volado otro nombre. Definitivamente, tú no eras el hombre.

El arte de enamorarte.

De todas las formas y pongas como te pongas, me gustas. Casi diré que me encantas... Definitivamente, me tienes atrapada en tus ojos color verde, en tu perfecta sonrisa y en tu peculiar forma de ser y de hacerme reír. ¿Lo has oído chico? ¡Me tienes extasiada, completamente enamorada!

¡Ahógate, ahógate en la puta imperfección!

Tus fracasos devoran tu corazón, pues el lamento es como una aguja que en tu cuello se clava, inyectándote veneno. Cada momento que puedes, te ahogas. Te ahogas en tu imperfección. Quieres ser como todos los demás, finalmente nadie se escapa. Siempre vuelve la pregunta de si se puede ser alguien más después de todas las veces en las que te has odiado y rechazado. ¿Recuerdas que fuiste tú quién me dijo que nunca sería lo suficientemente buena para ti? ¡Quién te ha visto y quién te ve! Tú... Eres tan cínico, ¡caníbal narcicista! Si valías tanto, ¿cómo es que ahora estás tan fácilmente aplastado? Te arrodillas, pides, suplicas... Tus lágrimas caen y comienzan a sanarme, ya comienzan a cerrar todas y cada una de las malditas cicatrices que no me dejaban vivir. ¿Que nunca sería lo suficientemente buena para ti? No me jodas, ¡yo soy mejor que tú!

Me llamas a las 3 de la mañana.

Cuelgas y no dices nada. ¿No te das cuenta de que te reconozco? Las noches que hemos pasado juntos, me han bastado para saber la forma en la qué respiras y cuando te pones nervioso, eres tú el único que respira como lo has hecho esta madrugada. También pude saber que estabas en cama. Sé perfectamente que a esas horas no hay palabras, pero ¿me dejarás dormir alguna noche de estas? Estoy cansada de que me aturdas con cada llamada. Si lo que quieres saber es si yo volveré, la respuesta ya la tienes bastante clara. Te lo he dicho miles de veces, las miles de veces que lo hemos intentado. Definitivamente, no estamos hechos el uno para el otro y tú lo sabes. ¿Entonces por qué no paras ya con las llamadas anónimas de madrugada? Olvídame ya y déjame dormir, que para una vez que ya he conseguido soñar con otras cosas que no son ni tus abrazos ni tus besos... Ya es suficiente.

Me cansé.

De tus cuentos, de arreglar y desarreglar historias, de montar y desmontar ilusiones, de poner todo mi empeño en algo que realmente no funciona ni merece la pena. Me cansé de tantas cosas... Que hasta me cansé de ti. Y si no lo dejo... Me cansaré de mí. Por lo tanto, te alejaré de mi vida. Ya está, me cansé. No te voy a permitir ni una más, no te mereces todas las oportunidades que te di, todo lo que lo intenté... No, definitivamente no te lo mereces. Y me he dado cuenta tarde, pero me he dado cuenta: 
Me cansé, ¡me cansé de ti!