lunes, 12 de diciembre de 2011

Me llamas a las 3 de la mañana.

Cuelgas y no dices nada. ¿No te das cuenta de que te reconozco? Las noches que hemos pasado juntos, me han bastado para saber la forma en la qué respiras y cuando te pones nervioso, eres tú el único que respira como lo has hecho esta madrugada. También pude saber que estabas en cama. Sé perfectamente que a esas horas no hay palabras, pero ¿me dejarás dormir alguna noche de estas? Estoy cansada de que me aturdas con cada llamada. Si lo que quieres saber es si yo volveré, la respuesta ya la tienes bastante clara. Te lo he dicho miles de veces, las miles de veces que lo hemos intentado. Definitivamente, no estamos hechos el uno para el otro y tú lo sabes. ¿Entonces por qué no paras ya con las llamadas anónimas de madrugada? Olvídame ya y déjame dormir, que para una vez que ya he conseguido soñar con otras cosas que no son ni tus abrazos ni tus besos... Ya es suficiente.

1 comentario:

  1. Que por mucho que les mandes parar, hay quienes no saben distinguir dónde está el stop!
    Buena entrada :)

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