¡Qué le den a los problemas! Al menos por esta noche, le pondré fin a las ralladuras que me comen la cabeza, me corroen el corazón y me desgarran el alma. ¡Se acabó, no quiero sentir nada que no sea alcohol en mis venas y música en mi cabeza! A parte, de disfrutar de unas buenas y profundas caladas a los cigarrillos que, a partir de esta noche, conformarán mi alma.
¿Qué cojones? Si es que tengo todo en cuanto necesito: Aire en mis pulmones; que me hacen sentir que estoy viva y de vez en cuando me dan "un toque" que me dice: "Eh, vale ya de afligirse que tú vales más". Así que, ¿sabes qué? Estos pulmones hoy quieren respirar discoteca, sudor, risas y fiesta. Y hoy, ya está decidido: Se acabó la cara cruda y triste de la realidad. ¡Vamos, a vivir como nos merecemos!
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