Promesas, todas hechas sobre piedra.
Noches estrelladas y luces de ciudad,
cayendo sobre mí.
Perdona mis negaciones,
mis cambios de idea,
vivir aislada ...
Es mi mente; cara o cruz.
Y sinceramente, me sentaría y dejaría mis tripas al aire.
Y es que yo o pierdo la cabeza
o la reviento contra la pared.
No me importa si esto continúa porque ahora parece que estoy acabada;
mi estabilidad mental llega a su amargo final.
Aquí está la verdad;
la esperanza y las excusas para aferrarse a un nuevo día
se han agotado.
Ya está, se ha acabado;
persignarse y hasta morir...
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