miércoles, 14 de diciembre de 2011

¡Ahógate, ahógate en la puta imperfección!

Tus fracasos devoran tu corazón, pues el lamento es como una aguja que en tu cuello se clava, inyectándote veneno. Cada momento que puedes, te ahogas. Te ahogas en tu imperfección. Quieres ser como todos los demás, finalmente nadie se escapa. Siempre vuelve la pregunta de si se puede ser alguien más después de todas las veces en las que te has odiado y rechazado. ¿Recuerdas que fuiste tú quién me dijo que nunca sería lo suficientemente buena para ti? ¡Quién te ha visto y quién te ve! Tú... Eres tan cínico, ¡caníbal narcicista! Si valías tanto, ¿cómo es que ahora estás tan fácilmente aplastado? Te arrodillas, pides, suplicas... Tus lágrimas caen y comienzan a sanarme, ya comienzan a cerrar todas y cada una de las malditas cicatrices que no me dejaban vivir. ¿Que nunca sería lo suficientemente buena para ti? No me jodas, ¡yo soy mejor que tú!

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