Y realmente lo era, no había forma de que pudiera dejar de serlo. Fui llevada a mi mejor punto, bailando en mi revelación, en una civilización emergente. Poesía de cemento para alimentar mi ánimo mental. Y tú, tú mirándome sin saber que estabas alimentando mi ego más y más. Así que fui llevada a mi mejor punto y ahora ya no hay quién me pare. Ahora, ahora que soy... DIOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario