sábado, 10 de marzo de 2012

Aprendí...

Aprendí que la inevitabilidad también existe para mí. Y que no, un ser humano no puede ser de piedra; ni siquiera yo... 
Aprendí que la coraza se quiebra y acaba por desaparecer; dejándote completamente expuesta en toda tu debilidad, regodeándose mientras te ridiculizas. 
Y ahora, ahora ya es demasiado tarde para preguntarse cómo, porqué y de qué manera. 
Ahora simplemente es dejarlo ir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario