viernes, 2 de marzo de 2012

Nunca tuve ganas de morir, pero...

Siempre tuve curiosidad por la muerte. Y puede que para comprobar ciertas cosas... Me introduzca y manipule tu mente. Oye, tanta es la curiosidad que  hasta... Puede que te mate.  Sí, es que yo... ¡Es que yo soy así! No me digas "satánica" si no sabes cuánto puedo llegar a serlo... Porque ni yo me lo creo, en esto seguramente no haya lo que se denomina "la justa medida", pues yo solo encuentro palabras vengativas... Y calculando así a ojo me sale "la justa medicina" Aunque claro... ¿Quién sabe si es la justa si no hay medida? [...] Vale, mira... [...] Conmigo no te recomiendo que te la juegues, porque la acabas perdiendo. Y tanto es así, que en esta ocasión hasta la vida puedes perder. ¿Qué, a qué ya no sabes qué decir? Un consejo sabio y gratuito te daré: Yo de ti no me metía conmigo. Pues si bien nunca tuve ganas de morir... También sé que yo no soy inmortal. ¿O a lo mejor sí? ¿Y si empiezo a beber de tu sangre y gano más años de vida? ¿Y si a base de matar consigo la inmortalidad? Oye, puede que ahora se me dé por probar... Eh, ¿Qué dices? ¿Tienes ganas de jugar?

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